Existe un universo perfecto y divino que ocupa el centro de toda la creación, es el núcleo eterno alrededor del cual giran las vastas creaciones del tiempo y del espacio, la verdadera magnitud de esta perfección excede totalmente la comprensión humana; este es un universo creado y perfecto que se encuentra inmanifestado e incognoscible, este es el gran soporte energético eterno y en torno al cual gira esa procesión infinita de universos que constituyen el gran propósito de existencia basado en la perfecta herramienta llamada evolución, también podemos decirlo así:
“Como la empresa más audaz y osada de amor de los hijos creadores de Dios, del eterno y cuya finalidad y deseo no es otra que duplicar en el tiempo y reproducir en el espacio el modelo original del universo, el ideal divino de lo completo, de la finalidad suprema de la realidad ultima para que una vez conjugados estos aspectos se llegue a desembocar en la perfección y que a su vez conlleve a la eternidad.”
Todos los universos, todas las miríadas de millones de cuerpos celestes materiales e inmateriales reconocen y adoran al gran creador al sustentador eterno, al padre de todas las creaciones. El ser humano afectado por el plan disociativo de luzbel no ha podido sacudirse del yugo que este le ha impuesto a través del ego separatista y al os apegos indeseables, cosas que no le permiten comprender a este humano, que todas las criaturas volutivas de universo tras universo el único propósito de la existencia es emprender el largo, muy largo viaje, de retorno a la fuente original, así mismo, el ser humano no se ha percatado que son llamados por las esferas superiores de conciencia como los hijos del tiempo y que su único objetivo fundamental de existir es encontrar a su creador, comprender su naturaleza divina, reconocer al padre celestial para llegar a ser uno con El y allí en ese universo central no se computa el tiempo, la consecuencia de los acontecimientos sucesivos de lo inmanifestado a lo manifestado, se encuentra implícita en el concepto y la esencia de aquellos que son oriundos de ese universo, de allí es de donde partieron las energías que generaron las oleadas de explosiones de vida. A través de los cuatro eones primarios se inició el plan divino, el milagro supremo llamado vida, de este punto emergieron los 7 grandes súper universos del cual el que nosotros los seres humanos habitamos, es el último y más pequeño, el cual se encuentra en estado de evolución y crecimiento.
elcandelabro 2012
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